El Botones
Por José Luis Navarro Navarro. El Botones era un perrucho. Un canijo burraco de mil leches. No más de 3 kilos de canal. Sin edad ni antecedentes. No se sabe cómo nos llegó al cortijo, donde los protagonistas caninos eran los arrogantes mastines, que con sus gargantas protegidas por carlancas hacían de guardianes de los hatos del ganado. Su súbita aparición y búsqueda de refugio posiblemente la causó un abandono o escapado de algún zafarrancho para salvar la vida. Era de esos seres de la naturaleza despreciados y sin aparente justificación para existir, sin utilidad e innecesarios. Nacidos en la monótona, aburrida, arbitraria e incomprensible evolución de la vida, desde el borbujo al chimpancé. En el milagro de la creación de su individualidad pero perdido en las oquedades del universo ciego, mudo y sordo. Pero, aun ignorados, otros seres viven en sus hábitats, entre sus congéneres, bajo sus amparos maternos, con sus instintos y sus goces, … el Botones tuvo ...