Lejos del cálculo y la prisa

Sí, así como decía Rilke: lejos del cálculo y así sin prisa, pese a la expectación del hombre, apareció la luna, la superluna azul inmensa, luminosa exagerada, sentando sus reales en nuestra esfera azul, en el cielo, y sí, retando al sol con su potente luz.

La miro (no es posible no hacerlo) y ciertamente fascina su fuerza, y sí ya sé que su “utilidad” es ninguna, pero a vece “lo inútil es necesario”… aunque solo sea por sonreír sin más.



Paloma Quintana

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