Lectura
Por José Luis Navarro.
La afición a la lectura, que debe adquirirse ya en la juventud, nos permite ir llenando los espacios vitales que en nuestra jubilación tantos nos sobran.
La actual pandemia nos
ha recluido en el hogar. Esta encerrona me trae a la mente como Boccaccio, en
parecida circunstancia, se inspiró para escribir sus maravillosos y picantones
Cuentos del Decamerón con los que pasaba los interminables días, en aquella
época sin TV y sin liga futbolera.
Borges (“El divino
ciego”), escribió que: “no hay que leer
muchos libros, sino muchas veces los mismos libros “y “sé que no tendré tiempo para releer todos mis libros”.
En efecto, un libro es
un dialogo entre el escritor y el lector. Pero mientras lo escrito es
permanente e invariable, lo leído varía según la interpretación de cada lector,
su comprensión, imaginación y elucubraciones. Incluso lo que trasluce en un
mismo lector también varía según su cambiante edad, sensibilidad, experiencia,
cultura, estado de ánimo, circunstancias… Porque el mismo libro cada vez será
distinto paro los ojos (el cerebro) que los miran. Por eso hay que releer
continuamente la Ilíada y Don Quijote, los ensayos de Montaigne y El Aleph borgiano,
el discurrir amoroso de Fermína Daza y Florentino Aríza en los tiempos del
cólera y el mundo nostálgico de Proust, la ética/moral del Sísifo camusiano y
lo nuevo del arte y la ciencia que nos llega cada día.
La lectura es un
ejercicio de la fantasía donde las palabras se transforman en imágenes,
recuerdos y sentimientos y los libros son ventanas por donde nos asomamos a
otras vidas, a otros mundos.
Somos lo que hemos
leído y recordado y el poso de lo que hemos leído y olvidado.
Gracias José Luis por compartir tu reflexión. Tu visión de la lectura y tu forma de predicar tu afecto por la lectura y por los libros resulta gratamente tranquilizadora en el ambiente tan convulso que vivimos, a la par que estimulante.
ResponderEliminarComparto tu opinión acerca de que el libro es un "ser" vivo con el cual podemos relacionarnos en un continuo siempre cambiante, entre el libro y el lector.
Los libros pueden salvar almas y vidas, a la par que alimentan y nutren nuestro espíritu.
El interés por la lectura y los libros ha cobrado importancia a raíz de la publicación reciente de "El infinito en un junco" de Irene Vallejo que para mi ha constituido uno de los mejores libros que he leído y que más me ha significado. Un regalo de lectura.
Gracias por vuestras aportaciones.
ResponderEliminarEl infinito en un junco, ha sido una aportación extraordinaria. Tuve la fortuna de leerlo en pleno estado de alarma y lo recomendé en el chat del grupo. Te lleva a la historia de los libros a través de la historia universal. Tras leerlo leía la i liada, dos libros de mitología, libros de Egipto.
Pero además sentía que muchas cosas de las que estábamos viviendo nos recordaban el mito de la caverna..
Un estímulo y un gozo.