Eclipses de sol
Hace unos días leí una noticia que seguramente muchos de vosotros habréis leído también y que creo siempre capta nuestra atención, se trata de los eclipses de sol; acontecimiento astronómico que frecuentemente provoca una eclipsemanía colectiva, como sucedió con el eclipse total que cruzó Norteamérica el pasado día 8 de abril y que nos hizo recordar otro eclipse reciente, en este caso anular, que también cruzó Norteamérica en octubre pasado.
El hecho de poder ver
un eclipse total pasar por su país no es lo más habitual en la vida de muchas
personas. En España vamos a tener la suerte de poder vivir dos eclipses totales
de sol en los próximos dos años consecutivos, 2026 y 2027, visibles en el
norte, sur y levante españoles. En total, esperamos la observación, en España, de
tres eclipses de sol en tres años consecutivos de 2026 a 2028, los dos primeros
totales y el tercero anular; esta circunstancia es inédita en la historia
moderna pues poder ver un eclipse total pasando por una misma ubicación sucede
como mucho cada 400 años.
Los expertos calculan que el siguiente eclipse total en
Europa será en 2053, tendrá un recorrido por el estrecho de Gibraltar y no se
repetirá hasta 2081; el siguiente eclipse, en 2088, cruzará Grecia y en, 2090,
el último eclipse total europeo del siglo pasará por el extremo sur del Reino
Unido, el noroeste de Francia y rozando Escandinavia. La temporada de los
eclipses europeos del siglo XXI en 2026 y 2027 se producirá en pleno mes de
agosto y ya se hacen estimaciones precisas de la duración de los eclipses en
los diferentes lugares en los que será visible. Para los no expertos en estas
materias, nos llama la atención el conocimiento actual tan preciso de los
eclipses futuros que incluso permiten establecer con precisión todo lo
referente a la fecha y hora exactas de los eclipses que se producirán en los
próximos mil años, así como su duración y las zonas donde serán visibles.
La observación de los movimientos de los cuerpos celestes
siempre interesó a las antiguas civilizaciones. La interpretación que se daba a
los fenómenos relacionados con dichos movimientos de cuerpos celestes era muy
diversa y, en ocasiones, se pensaba que presagiaban catástrofes y se les
consideraba traían malos augurios. La consulta a los astros también era
habitual para tomar decisiones en la vida cotidiana, tales como si el momento
era propicio para iniciar una guerra o para su aplicación a la agricultura. En
cualquier caso, no cuesta mucho comprender que la observación de un eclipse total
de sol debía producir en las civilizaciones antiguas una terrible sensación de
miedo al no disponer de una explicación comprensible de tales fenómenos.
Actualmente, la ciencia nos permite comprender mejor estos fenómenos, siendo
capaz de predecir su aparición en determinadas zonas y otras características;
los conocimientos actuales nos permiten asistir a estos fenómenos con cierta
tranquilidad aún a costa de perder cierto grado de magia y misterio.
H.
de la Calle
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